AROMAS III
“ ¡Qué guachos!” es la expresión que usa mi hija Mileva cuando sale de la casa y percibe el inconfundible aroma de un asado que el viento y la noche traen hasta nuestro patio, reavivando el deseo cárnico y mirando con poca consideración la tortilla de zapallitos. Sí, hay olores a comidas que son inconfundibles; pero siempre están asociados por nuestra memoria al contexto en que esos aromas se producen. El olor del picadillo de las empanadas tiene el trajinar de mi madre y de mi padre en la cocina, la coliflor y su aroma penetrante que inundaba la casa de mi tía Ana, el tufillo a pescado en el puerto de Mar del Plata , o a paella en la casa de Vicente…y así. Vos seguramente completarás en tu memoria este recorrido por los perfumes gastronómicos. Y en esto de las comidas, pensaba que hay una tendencia a desodorizar determinados olores en nuestras casas. Ya no se hacen bifes , no se usa ajo , apenas cebolla , pocas frituras y no se hierven determinados potajes simplemente po...




